El enamoramiento es un estado emocional producto de la alegría, en el cual una persona se siente poderosamente atraída por otra, que le da la satisfacción de alguien quien pueda comprender y compartir tantas cosas como trae consigo la vida. Desde el punto de vista bioquímico se trata de un proceso que se inicia en la corteza cerebral, pasa al sistema endocrino y se transforma en respuestas fisiológicas y cambios químicos ocasionados en el hipotálamo mediante la segregación de dopamina.
El enamoramiento se basa en los gestos y la comunicación emocional, motriz, sexual, intelectual e instintiva. Los gestos se basan físicamente también y se llevan a cabo al moverse, mirarse, acariciarse y hablarse.[1]
El enamoramiento puede ser de dos tipos:
- Externo: donde el enamoramiento se produce debido al aspecto físico.
- Interno: donde el enamoramiento se produce debido a la forma de ser del individuo.
Según Yela (2002), a diferencia de la creencia generalizada de que el enamoramiento es un fenómeno impredecible y aleatorio, un número creciente de científicos sociales han construido diferentes modelos teóricos que describen y explican el enamoramiento. Las características principales del enamoramiento son sintomáticas, las cuales según la mayoría de los autores son:
- Deseo de intimidad y unión física con el otro (tocarlo, abrazarlo, besarlo e incluso tener relaciones sexuales).
- Deseo de reciprocidad (que el otro también se enamore del sujeto).
- Temor al rechazo.
- Pensamientos frecuentes sobre el otro que interfieren en la actividad normal del sujeto.
- Pérdida de concentración.
- Fuerte activación fisiológica (nerviosismo, aceleración cardíaca, etc.) ante la presencia (real o imaginaria) del otro.
- Sensibilidad ante los deseos y necesidades del otro.
- Atención centrada en el otro.
- Idealización del otro, percibiendo solo características positivas, a juicio del sujeto y atenuando o justificando las características negativas.
El proceso de enamoramiento suele comenzar con una atracción física inicial hacia otra persona. A continuación, se potencia con una atracción personal y se dispara definitivamente cuando se presenta un conocimiento o sospecha de que existe reciprocidad en la atracción (que esa persona se siente también atraída física y personalmente hacia nosotros). El estudio científico de los factores psicosociales y biológicos implicados en el enamoramiento y el amor no solo ha generado la aparición de intervenciones cada vez más eficaces en el ámbito de las relaciones de pareja, sino también la difusión de métodos para atraer y conquistar a la pareja
Cortesía de Minerva de Troya