Olive wagyu es la carne de res más exclusiva que una persona puede degustar. De las 2,200 cabezas de ganado criadas específicamente para obtener este producto, cada mes se sacrifican unas cuantas para obtener los preciados cortes. El alimento está íntimamente relacionado con la prefectura japonesa de Kagawa, específicamente con la isla Shōdoshima. En este sitio, gracias a un microclima que guarda semejanza con el del Mediterráneo, se pueden cultivar olivos.
El origen del olive wagyu en Japón.
Por eso, Shōdoshima recibe el mote de la «isla de los olivos». A partir del siglo VIII, en este lugar empezó la crianza del ganado wagyu, originalmente empleados como animales de carga gracias a sus enormes reservas energéticas. Y aún seguirían transportando las cosechas de los arrozales u olivos de no ser por Masaki Ishii, el agricultor que cambió el paradigma de las vacas wagyu.
A causa de la amargura presente en las aceitunas, era inviable incorporarlas a la dieta del ganado. Sin embargo, año con año en la isla de Shōdoshima se desperdiciaban toneladas de orujo, la masa que resulta tras el procesamiento de las aceitunas. Irremediablemente terminaba en la basura y Masaki decidió actuar en consecuencia. Básicamente, el orujo son todas las aceitunas prensadas que sobran tras la elaboración del aceite. Es una sustancia rica en nutrientes que actualmente se aprovecha de varias formas.