A partir de las 22:00 la temperatura llega a niveles congelantes y empiezan a suceder cosas extrañas que alejan a todo el que se quiere acercar
La colonia Roma en Ciudad de México se hizo famosa en 2018 luego del lanzamiento de la película del mismo nombre, del director Alfonso Cuarón, con la que ganó tres premios Oscar.
Sin embargo, en sus calles esconde otras historias que la hicieron famosa tiempo antes de la filmación. Aquí se nacieron una serie de historias que involucran extraños sucesos en sus casonas, como es el caso de "La casa de las brujas", un edificio construido hace más de un siglo y donde todavía se difunden leyendas sobre los ruidos que se escuchan en su interior.
La Roma fue una de las primeras colonias que se construyeron durante el siglo XX, pero con el paso del tiempo, algunas de sus grandes y características casonas fueron quedando abandonadas, por distintas razones, las historias de fantasmas acompañan la soledad de estos emblemáticos sitios.
Además de "La casa de las brujas", "La casa negra" o de los Mondragón es acompañada de una misteriosa historia que durante sus años de abandono impidió a todos aquellos sin hogar encontrar un refugio en su interior al menos por una noche.
La leyenda cuenta que a partir de las 22:00 horas, las cosas al interior de la casa, en la avenida Álvaro Obregón 191 empiezan a mostrar un ambiente sobrenatural: la temperatura llega a niveles congelantes sin importar la época del año, las puertas empieza a abrirse y cerrarse sin que el viento o alguien las empuje, los extraños ruidos que se escuchan se convierten en voces y gritos de dolor.
Hay quien asegura que los pocos objetos en las habitaciones empiezan a flotar mientras manos invisibles jalonean y empujan fuera del lugar a quien llegue a entrar a la casa.
Misteriosas muertes
En 1935 la casa fue utilizada como refugio para personas enfermas de tifoidea.
En aquel entonces, la enfermedad estaba relacionada con el demonio, por lo que los vecinos decidieron prenderle fuego una noche. Pero, para su sorpresa, la casa sólo sufrió daños menores, en cambio, las personas que estaban adentro convalecientes, así como el personal médico murieron quemados.
A la mañana siguiente, la escena era dantesca, con cuerpos quemados por todos lados, que dejaron testimonio del sufrimiento de quienes ahí murieron.
Las crónicas de la ciudad relatan que poco después la casa pasó a ser propiedad de una familia de sociedad de apellido Mondragón, pero un día el padre, la madre y los tres hijos amanecieron muertos en sus camas sin que se conocieran las causas. Como no tenían más familia conocida, la casa pasó a ser propiedad del gobierno, que intentó rentarla y remodelarla.
Pero todos los nuevos inquilinos han terminado por abandonarla al poco tiempo. Los ocupantes aseguraban que en la casa habitaban entidades malignas.
Cortesía de Monita