¿Hay “faros extraterrestres” en la superficie de nuestro planeta?

El triángulo en el que estarían ubicados cada uno de los faros

Faros de navegación
Los primeros navegantes de los mares siempre requerían de una luz que los guiara: un faro que les indicara dónde había un puerto seguro y dónde un arrecife o una roca traicionera. La luz que se veía surgir en las costas era sinónimo de tierra: había que navegar con cuidado, pero la seguridad estaba cerca.

Con la llegada de sistemas de localización satelital y otros artilugios semejantes los faros se volvieron menos necesarios, pero siguieron existiendo en regiones en las que los barcos podrían estar sin rumbo y, ante todo, en los aeropuertos, donde los aviones requieren de luces que les indiquen con gran precisión el lugar de la pista.

Es de esperar que si alguna vez dominamos el viaje espacial objetos semejantes se coloquen en los sistemas amigos, donde existan colonias humanas (o quién sabe, de una raza aliada), para indicar a los viajeros que allí pueden conseguir refugio, recargar sus bodegas. Faros de gran potencia que emitan señales detectables a miles de kilómetros, pero lo suficientemente tenues para pasar desapercibidas en el planeta que los hospeda (como el faro que apunta al océano y es opaco visto desde la ciudad a la que da la espalda).

Y, según afirman algunos, varios de estos faros ya estarían ubicados en nuestro planeta.

Los tres faros
La historia comienza con los “Antiguos Ancestros” de la Civilización de las Naciones Estelares: un conjunto de sociedades tecnológicamente muy avanzadas que habría dominado el viaje intergaláctico y organizado una avanzada en nuestro Sistema Solar, colocando allí tres potentes faros capaces de guiar a las naves en sus travesías estelares. La naturaleza de estos faros suele vincularse con aquella de los tres monolitos descritos por Arthur C. Clarke en 2001, una odisea en el espacio: muchos aseguran que Clarke estaba en verdad dando indicios de información secreta del gobierno norteamericano y que tenía vínculos cercanos con la CIA.

En cualquier caso, continúa el relato, en 1969 los astronautas estadounidenses habrían obtenido evidencias de la existencia de uno de estos faros y pocos años después habrían detectado los dos restantes, organizando un gigantesco proyecto secreto de Cabal (un colectivo que incluye los más poderosos personajes del planeta, una plutocracia capaz de llevar los hilos del mundo) para traerlos a la Tierra y manipular su energía. Cada uno de estos faros se ubicó en una localización remota y de difícil acceso para evitar su detección: uno en Nunavut, Canadá, uno en Groenlandia y uno en la frontera entre Canadá y Alaska.

Sospechoso vacío en la región de Nunavut donde estaría uno de los faros

Cada uno de los faros tendría una tecnología capaz de generar potentes campos electromagnéticos que son capaces, incluso, de afectar al terrestre, aunque cuya potencia está principalmente orientada hacia el espacio exterior. Sin embargo, Cabal habría usado esta energía con fines de disrupción y experimentación creando grandes problemas, lo que habría llevado a que otras instituciones se dieran cuenta de lo que estaba sucediendo.

Así, en el año 2007 un equipo de la Contra Insurgencia dirigido por el Coronel Shadow habría conseguido una alianza con las Naciones Estelares y organizado un ataque a gran escala que habría permitido que los faros volviesen a su ubicación original, terminando con su influencia en la Historia terrestre.

Otro «rectángulo misterioso» en Groenlandia

Es este uno de los relatos más interesantes que he escuchado, y si bien no existen muchas fuentes al respecto, hay algo bastante sospechoso: el hecho de que las tres zonas mencionadas como hogar temporal de los faros no aparezca en Google Earth, que ha colocado un cuidadoso rectángulo negro sobre cada una de las áreas. Esta ausencia no es nada natural y bien puede indicarnos que algo muy raro está sucediendo allí.

Incluso, quizás, una guerra oculta por el acceso a tecnología extraterrestre o su devolución a sus dueños originales.

Cortesía de Monita



Miau Division...

En la 2da. Guerra Mundial, durante el asedio a la Ciudad de Leningrado (San Petesburgo en la actualidad) por parte del Ejercito Alemán, en 1941 a 1944, el hambre hizo de las suyas y prácticamente la población arraso con toda la fauna domestica la cual incluía gatos y perros.

Esto genero una inmensa plaga de ratas, las cuales terminaban comiéndose las reservas alimenticias y propagando cientos de enfermedades. Una vez terminado el asedio, se trajeron dos vagones de tren, llenos de gatos siberianos, los cuales se encargarían de erradicar la plaga de roedores. Este Ejercito "RONRONEANTE" se distribuyo en los lugares mas afectados y se les dieron a algunas familias en adopción, con el fin de que ayudaran a luchar contra el nuevo y diminuto enemigo.

Estos PELUDOS HÉROES, fueron reconocidos como en un MONUMENTO en la Plaza Tiumén. De igual manera en el Museo Heritage, también se les hicieron sus reconocimientos, pero eso lo hablaremos en otra nota.





Vida bajo nuestros pies: realidades y leyendas sobre las criaturas subterráneas


Monstruos del submundo
¿Qué sabemos del mundo subterráneo?
Todas las religiones humanas le dan un papel al mundo subterráneo en la construcción de la realidad. Ya sea el hogar de monstruos antediluvianos, de civilizaciones ocultas, de construcciones mitológicas o de tormento eterno para aquellos que sirven al mal, la tierra bajo nuestros pies está llena de vida – y no necesariamente esto beneficia a la humanidad –.
Los hombres hemos arañado poco a poco la superficie, pero nuestro rango de exploración resulta sorprendentemente pequeño: en efecto, el mayor agujero cavado por la humanidad a duras penas alcanza los 12 kilómetros de profundidad, mientras que el diámetro de ésta supera los 12 mil. Es decir que a duras penas hemos penetrado en una milésima de la profundidad de la tierra. Lo que hay abajo es desconocido para todos.
La mayoría de instituciones científicas afirman que, en todo caso, es altamente improbable que muy por debajo de la superficie puedan sobrevivir criaturas complejas debido a los bajos niveles de oxígeno que se encuentran en esos lugares. La teoría de la tierra hueca o de la superficie interior, por su parte, establece que de hecho los niveles de oxígeno muy bajo la superficie, gracias a grandes agujeros o sistemas de túneles, son iguales a los de la superficie, por lo que no solo la vida, sino la vida compleja, podría sobrevivir allí.
Sin embargo, no es necesario bajar tanto. En las ciudades y las minas, el hombre ha recurrido muchas veces al uso de las regiones subterráneas inmediatas para ganar espacio, conseguir recursos minerales o sencillamente para explorar. Estas “pequeñas” regiones subterráneas cuentan con toda una serie de leyendas y relatos, algunos más verificables que otros, que dan rienda suelta a la imaginación humana y favorecen la idea de que debajo de nosotros hay mucho más que materia inerte.

Algunas apariciones modernas
Los principales lugares en los que surgen estas leyendas son los sistemas públicos de transporte, como metros o trenes subterráneos. Son numerosas las leyendas que hablan de fantasmas, espíritus y semejantes que rondan estos lugares para aterrorizar a los vivos, pero en este artículo no nos concentraremos en ellos. Hablaremos, en cambio, de las ratas gigantes que viven en estos sistemas de túneles, así como las leyendas de cocodrilos que se alimentan de indigentes y de individuos desatentos que encuentran solos en estos sistemas.
Las ratas gigantes son un hecho: estos animales han aumentado de tamaño las últimas décadas y ya representan una amenaza para niños o ancianos, e incluso para un adulto sano, pues pueden transmitir la rabia. Los cocodrilos, por su parte, son una leyenda urbana de Estados Unidos que nunca ha podido verificarse, pero de vez en cuando se le culpa de la desaparición misteriosa de algunas personas en las ciudades.
Sin embargo, las leyendas van más allá. Hay registros de misteriosas muertes en el metro de Londres que dejan a sus víctimas desfiguradas y con horribles cortes, como si fueran causa de alguna bestia escondida en los túneles. Así mismo en Sabadell, España, en 1981 aparecieron unas supuestas serpientes de hasta 4 metros de largo habitando en las cloacas, versión que las autoridades negaron pero que cientos de testigos afirmaban.
En 2014, una sonda rusa llamada “Klavesin” encontró lo que parecía ser una gigantesca criatura a 1,5km de profundidad en algunas cuevas del océano ártico. Si bien fue el mismo equipo de expedición el que declaró el hallazgo, no hay imágenes y la sonda quedó muy dañada (por el ataque de la criatura) para brindar más información. En este caso no se trata de una criatura subterránea, sino submarina, pero vivía en sistemas de cuevas y no en el mar abierto.
Cannock Chase, en la parte occidental de Inglaterra, es otro ejemplo de una posible criatura subterránea. Allí, los habitantes han tenido visiones de extrañas criaturas por décadas, y las mascotas de la región desaparecen sistemáticamente. Una de las propuestas más escuchadas es que se trata de una o varias criaturas desconocidas viviendo en los grandes sistemas de minas abandonados hace siglos, e incluso se ha llegado a proponer que se trata de una subespecie de humanos, que se escondió, por razones desconocidas, en las minas y cambió su forma de vida, su lenguaje y hasta sus características físicas para adaptarse a su nuevo ambiente.

Leyendas subterráneas del pasado
No es la primera versión que hablaría de vida inteligente bajo la tierra. Además de Agartha, la mítica civilización que se extendería en los pliegues internos de la tierra, muchas sociedades se refieren a mundos subterráneos: los hindúes hablan de los Nagas, serpientes con cabeza de hombre que poseen el don de la inteligencia y han desarrollado una sociedad compleja bajo la tierra, análogamente, los dragones chinos son más serpientes inteligentes que viven en los inmensos sistemas de cuevas del Himalaya.


En las montañas de China central y occidental también se encuentran poblados enteros – abandonados – bajo tierra. Con las invasiones de los nómadas, los habitantes de estas regiones se escondieron en las cuevas y muchos desaparecieron sin dejar rastro. Algunas personas afirman que fundaron ciudades subterráneas o, más interesante, que encontraron pasajes escondidos a reinos ocultos bajo la tierra (¿quizás el mítico reino de los Nagas, o la misma Agartha?).

¿Qué hay en las profundidades?
Lo cierto es que, al menos a nivel microscópico, las profundidades no dejan de sorprender a los científicos. Hace poco se descubrieron gigantescas colonias de gusanos nematodos en una región donde supuestamente no hay suficiente oxígeno para que sobreviva ningún animal. También en la profundidad de las minas se han descubierto bacterias denominadas microbios matusalén, ya que son capaces de reducir su metabolismo a tasas insignificantes, para racionar la poca energía disponible. Estas bacterias viven muy separadas unas de otras (se encontraron apenas 1000 en un centímetro cúbico, cuando lo normal son millones) y a duras penas se reproducen, los científicos creen que podrían ser las criaturas vivas más antiguas de la tierra, su ritmo de vida es tan lento que a duras penas puede diferenciarse de la muerte.
Pero los descubrimientos van más lejos. La cueva de Movile, en Rumania, lleva 5,5 millones de años aislada del resto del mundo. Sus animales no consumen ningún nutriente del exterior, convirtiéndose en el primer ecosistema terrestre que no depende en absoluto de la luz solar para su supervivencia. Toda la energía requerida la obtienen de la oxidación del sulfuro de hidrógeno que se filtra por las paredes. Sin embargo, sus habitantes complejos (que incluyen artrópodos, moluscos y gusanos nematodos) aún requieren del oxígeno atmosférico que, aunque en niveles muy bajos (menos de la mitad que la superficie) existe en la cueva.


Pero esta última limitación tampoco parece ser definitiva. Nuevas especies encontradas en las profundidades del mediterráneo se desenvuelven en ambientes completamente privados de oxígeno, y aunque son especies sencillas, demuestran que la eventual evolución de los seres multicelulares en un mundo anóxico es posible, y quizás incluso de animales inteligentes (gracias, principalmente, a la sustitución de las mitocondrias por otros organelos basados en hidrógeno).
Visto esto, las leyendas arriba mencionadas no resultan tan irreales. Quizás la evolución se nos adelantó, quizás en estos mismos instantes, en algún lugar del mundo subterráneo, un personaje de alguna especie desconocida comenta sobre la posibilidad de que en la superficie, aquel remoto lugar lleno de radiación letal y gases tóxicos, pueda existir la vida.

Cortesía de Monita

Tecnologia...

Definitivamente, no es para todos.


Los científicos captan por primera vez un agujero negro oceánico



Un grupo de científicos de la Universidad de Liverpool ha presenciado algo insólito en el mar de Tasmania, en Australia. Se trata de gigantescos remolinos dobles que nunca habían sido observados.

Los especialistas afirmaron que, aunque en teoría el fenómeno puede producirse, es la primera vez que se capta en pleno desarrollo. Los autores del descubrimiento comentaron que los remolinos suelen desplazarse en dirección Oeste.
 
Sin embargo, a veces, dos remolinos pueden emparejarse, lo que genera un gigantesco vórtice de agua que se extiende a lo largo de varios kilómetros. Al unirse, el remolino puede cambiar de dirección hacia el Este.

La observación se produjo gracias a las imágenes de satélite disponibles. Al verificar el hallazgo, los investigadores trataron de determinar con qué frecuencia se presenta este fenómeno natural. En ese sentido, los científicos escogieron al azar un año para averiguarlo.

El grupo eligió el año 1993 y se percataron de que, en ese período, ocurrieron 9 modones, como también se llama al fenómeno. Ocho de estos ocurrieron en Oceanía, mientras que el otro se produjo en las costas de Suráfrica.

Aunque se desconoce por qué se forman estos remolinos, los especialistas creen que, al unirse, sus colas se entrelazan y forman un vórtice en forma de U que puede mantenerse unido durante varios meses antes de deshacerse.

El fenómeno ha sido descrito como el “agujero negro oceánico”, debido a su capacidad para succionar todo a su paso.

Cortesía de Monita


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