Maya, Madre del Mensajero de los Dioses



Maya, la Ninfa

Maya es una ninfa griega y madre de Hermes. Conocida con el mismo nombre en la mitología romana, era la mayor de las siete pléyades -es decir las ninfas hijas de la Oceánide Pléyone y del titán Atlas- por lo que también era una Atlántida. Cuenta la leyenda que Maya era la más bella y tímida de sus hermanas, y como podrán imaginarse su apariencia no pasó desapercibida para Zeus, quien la visitó en la remota cueva donde vivía: de su unión nació Hermes, quien sería un dios olímpico y mensajero de los dioses.

Hermes creció más que rápidamente: en su primer día de vida ya había diseñado la lira y robado el ganado de Apolo, y al segundo ya se había marchado del lado de su madre con el objetivo de convertirse en una gran deidad. Se cuenta más adelante que Maya pudo llenar el vacío que dejó su hijo criando otro de los vástagos que dejó Zeus, Arcas, hijo de la princesa Calisto (a quien Hera asesinó o transformó en oso)

Su representación en el arte y otras diosas relacionadas
En el arte Maya no cuenta con gran representación, en las pocas obras que aparece la diosa se le puede ver como una hermosa joven acompañada de sus hermanas o de su hijo. También hay que destacar que la ninfa junto con sus hermanas fue inmortalizada en el firmante a través de la constelación de las pléyades (un conjunto de siete estrellas)


Por otro lado, a Maya se le ha relacionado con Gea, pues su nombre significa pequeña madre así que se le suele decir Gaia Maya. De igual forma, en la cultura romana existía una diosa de la fertilidad, la virginidad y la salud llamada Bona Dea, Maya o Fauna, pues era hija de Fauno (el equivalente romano de Pan) esta Maya era una mujer corriente que vivía encerrada y en cierta ocasión se emborrachó, acción inocua por la que fue castigada, siendo golpeada hasta la muerte.

Cortesía de Fiesta 

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