Los Aligators
Las Bahamas
Bahamas, oficialmente el Commonwealth de las Bahamas (en inglés, Commonwealth of The Bahamas),[3][4] es uno de los trece países que forman la América Insular o Islas del Caribe, uno de los treinta y cinco del continente americano. Su capital y ciudad más poblada es Nasáu, situada en la isla de Nueva Providencia. Por su ubicación externa al Mar Caribe, las Bahamas es uno de los grupos insulares que no pertenecen a una unidad geográfica antillana, denominadas Antillas Mayores y Antillas Menores.
Mancomunidad de las Bahamas Commonwealth of The Bahamas (inglés) | ||
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Originalmente habitadas por los lucayos, una rama de la etnia taína, las Bahamas fueron el sitio donde Cristóbal Colón llegó en su primer viaje al Nuevo Mundo en 1492 (isla de San Salvador). Luego fueron colonizadas por los españoles desde 1513 hasta 1648, cuando colonos ingleses procedentes de la isla de Bermudas se establecieron en la isla de Eleuthera. Las Bahamas se convirtieron en una colonia de la corona británica en 1718, cuando los británicos prohibieron la piratería. Después de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, miles de estadounidenses leales a la corona británica se asentaron en las islas junto con sus esclavos, lo que llevó a una economía basada en las plantaciones. Después de que Gran Bretaña prohibiera el comercio de esclavos en 1807, la Marina Real británica llevó muchos de los nuevos esclavos ilegales africanos a las Bahamas durante el siglo XIX. Cientos de esclavos escaparon de las islas hacia Florida, y cerca de 500 fueron liberados desde barcos mercantes estadounidenses. La esclavitud quedó abolida en las Bahamas en 1834. Aún hoy gran parte de la población es descendiente de estos esclavos liberados. Las Bahamas alcanzaron su independencia como Monarquía en la Mancomunidad de Naciones el 10 de julio de 1973. En términos de renta per cápita, las Bahamas es uno de los países más ricos de América del Norte (por detrás de Estados Unidos y Canadá).[ Cortesía de Royce 🌷🌸 |
Reto Clonazepam: ¿En qué Consiste el Challenge de TikTok?
El clonazepam tiene un gran número de efectos adversos y una sobredosis induce al coma. Foto: Unsplash.
A raíz de un reto viral de TikTok siete estudiantes de Veracruz se intoxicaron con clonazepam, un fármaco que provoca sueño.
La aplicación de videos cortos, TikTok, tiene una gran cantidad de contenido que sus usuarios suben con el fin de divertirse y divertir a otros, sin embargo, no siempre el contenido de los videos es el correcto.
De acuerdo con información del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, un reto viral de TikTok que se basa en consumir clonazepam provocó la intoxicación de siete estudiantes en una escuela.
De acuerdo con las autoridades de Veracruz, el reto clonazepam consiste en ingerir las pastillas y las personas que tarde más tiempo en dormirse gana. Es importante mencionar que el efecto principal des este fármaco es provocar sueño.
Existe en las redes sociales un reto de ingerir clonazepam y ver cuánto tiempo aguantas despierto antes de dormirte. Esto se juntó con una queja que ya existía, donde los padres algunos jóvenes señalaron la ingesta de estas sustancias. Le he pedido al secretario que investigue, que exista una sanción y una llamada de atención.
El funcionario explicó que en el caso de los siete estudiantes que resultaron intoxicados, se les encontraron 30 pastillas de clonazepam. Y que sólo una joven del grupo presentó síntomas mayores pero ya se encuentra fuera de peligro.
Es importante mencionar que el clonazepam es un fármaco con efectos adversos (efectos secundarios) como: somnolencia, mareos, pérdida del equilibrio, problemas de coordinación, dificultad para pensar o recordar, dolor muscular o de articulaciones, visión borrosa, sarpullido, urticaria e inflamación.
La sobredosis de clonazepam rara vez pone en riesgo la vida de una persona, sin embargo, produce arreflexia, apnea, hipotensión e induce al coma.
Científicos chinos crean niñera robot para cuidar bebés en útero artificial
Científicos chinos crean niñera robot para cuidar bebés en útero artificial.
¿Cómo les decimos a los padres del futuro? Usted dirá si esta le parece una buena o mala noticia: Los científicos chinos han desarrollado un sistema de IA capaz de vigilar y cuidar a los embriones mientras se convierten en fetos en el laboratorio, es decir, un robot y útero artificial podrían eliminar la necesidad de que un ser humano lleve a su bebé.
Investigadores de Suzhou llevaron a cabo el estudio, cuyos hallazgos se detallan en la revista Journal of Biomedical Engineering, en el artículo explican que la tecnología puede permitir que los fetos crezcan de forma segura (en un útero artificial), mientras una niñera robótica los vigila y los cuida. Según los científicos chinos, esto representaría un gran avance para el futuro de la maternidad en un país que se enfrenta a las tasas de natalidad más bajas de las últimas décadas.
Por ahora, la niñera robótica se encarga de cuidar un gran número de embriones de ratones. Apoyado de la inteligencia artificial, la máquina es capaz de detectar los signos más pequeños de cambio en los embriones y afinar los aportes de dióxido de carbono, nutrición y medio ambiente. El sistema incluso puede clasificar los embriones por salud y potencial de desarrollo.
Madre/niñera robot de 'Umbrella Academy'
El útero artificial, o «dispositivo de cultivo de embriones a largo plazo», es un contenedor en el que tienen a los embriones de ratón creciendo en una línea de cubos llenos de fluidos nutritivos, dijo el profesor Sun Haixuan, dirigente del equipo de investigadores en el Instituto de Ingeniería y Tecnología Biomédica de Suzhou.
Los autores dicen que la tecnología «no sólo ayudaría a comprender mejor el origen de la vida y el desarrollo embrionario de los humanos, sino que también proporcionaría una base teórica para resolver los defectos de nacimiento y otros problemas importantes de salud reproductiva». Esto teniendo en cuenta que en la actualidad todavía hay muchos misterios sin resolver sobre la fisiología del desarrollo embrionario humano.
De acuerdo con el South China Morning Post, quien informó por primera vez sobre el dispositivo, la tecnología no será un problema para su futura aplicación, pero sí las cuestiones legales y éticas. Explica que la maternidad subrogada está prohibida en China por ley. La tecnología de vientre artificial convertiría a un hospital en un padre de alquiler. «No creo que ningún hospital quiera asumir esta responsabilidad», afirma un investigador del Instituto de Pediatría de la Capital en Beijing.
De forma resumida, se ha desarrollado un sistema apoyado de inteligencia artificial que en un futuro llevaría a cabo el desarrollo de bebes en laboratorio. Los científicos chinos aseguran que la tecnología podría eliminar la necesidad de que una mujer lleve a su bebé, permitiendo que el feto crezca de forma más segura y eficiente fuera de su cuerpo.
Sin embargo, más allá de esas afirmaciones, no está claro si el sistema realmente podría tener una exitosa aplicación en humanos, ya que hasta ahora solo se ha hecho con ratones. Además de que se debe tener en cuenta las leyes internacionales que prohíben los estudios experimentales en embriones humanos más allá de las dos semanas de desarrollo.
Los hallazgos se han publicado en Journal of Biomedical Engineering.
¿Qué pasaría con la humanidad de colapsar internet? Investigadora estudia ese escenario "apocalíptico"
¿Qué pasaría con la humanidad de colapsar internet? Investigadora estudia ese escenario "apocalíptico"
"Error 404": ese es el mensaje que vemos en la pantalla cuando un dispositivo no es capaz de conectarte a un sitio de internet, bien porque este ha desaparecido del servidor o porque el enlace es incorrecto.
Es también el título del libro de la periodista española especializada en ciencia y tecnología Esther Paniagua (Madrid, 1986), un ensayo impactante en el que plantea, entre otros asuntos, la posibilidad de que internet colapse y el caos y el pánico se adueñen del mundo, por que nadie -ni siquiera los gobiernos o los Estados- está preparado para enfrentar el escenario apocalíptico que seguiría.
En ese contexto, lo que la autora busca con su trabajo es precisamente llamar la atención sobre esa aterradora posibilidad antes de que sea demasiado tarde.
BBC Mundo habló con Panigua en el marco del Hay Festival Arequipa, que se realiza entre el 3 y el 6 de noviembre en esa ciudad peruana.
¿De verdad crees posible que internet colapse un día?
No es que yo lo crea, que me despierte un día pensando eso.
Es una afirmación que viene de la ciencia, que han hecho muchos expertos, entre ellos el filósofo y teórico de la conciencia Dan Dennett, un referente en el campo de la neurociencia, alguien a quien admiro mucho y cuyos libros he leído.
A partir de una entrevista en que él le dijo a Toni García, un periodista amigo mío que lo entrevistó, que "internet se vendrá abajo y viviremos oleadas de pánico mundial", yo empecé a investigar, y me di cuenta de que aquella frase tenía fundamento.
Empapado del conocimiento de los tecnólogos y otros especialistas que lo rodean, Dennet piensa en las consecuencias sociales que tendría un apagón de internet y en lo que nos ha llevado a que esas consecuencias sean peores de lo que deberían o podrían ser.
La portada del libro de Ester Paniagua.
¿Es entonces una cuestión de tiempo que internet colapse?
Yo no diría que es seguro al 100% que internet colapsará en algún momento y que todo dejará de funcinar, pero creo que es altamente probable.
Lo que obviamente no tengo es una fecha, igual que no la tiene nadie. Puede pasar mañana, dentro de cinco años, de diez o nunca, aunque creo que "nunca" es la menos probable de todas las posibilidades.
Y más allá de lo obvio, ¿qué sucedería si cayera internet?
Todo, absolutamente todo depende de internet y eso hace que sea especialmente vulnerable.
Hemos convertido todo en un ordenador: desde las infraestructuras críticas a los hospitales, las administraciones públicas, las universidades, las empresas, nuestros cuerpos, nuestra ropa, nuestros electrodomésticos. La electricidad.
Así que si se cayera, todo dejaría de funcionar, y se produciría además un efecto en cadena, dominó, porque afectaría incluso a servicios que no están conectados a la red.
Ya hemos visto simulacros muy reales pero a escala muy pequeñita de lo que podría pasar.
Un ciberataque en 2021 contra el principal proveedor de telecomunicaciones de Bélgica dejó K.O. a la mayoría de los servicios gubernamentales, incluidos servicios hospitalarios críticos, el parlamento, las universidades, etcétera. Y eso que solamente duró unas pocas horas.
Los expertos de los servicios de inteligencia aseguran que sería a partir de 48 horas cuando comenzaría a cundir el pánico, cuando la gente empezaría a temer por su supervivencia.
¿La caída de internet haría a la gente temer por su supervivencia? ¿No es un poco apocalítico?
Claro, pero es que entre todo lo que dejaría de funcionar estarían los mercados y los supermercados.
Sin internet no podrían facturar, no podrían cobrar más que en efectivo, pero nosotros no podríamos sacar efectivo del banco. Así que aunque los productos estén ahí, no los podríamos comprar.
¿Y qué pasaría si no podemos acceder a alimentos o a medicinas porque no tenemos efectivo? Ni siquiera los expertos en seguridad nacional son conscientes de hasta dónde llegaría ese efecto en cascada.
Dices en tu libro que podríamos quedarnos sin internet en menos de 30 minutos.
Así es. Es algo que descubrí en el proceso de investigación para mi libro.
En 1998, un grupo de hackers éticos o hackers buenos, fue llamado a comparecer ante el Senado de Estados Unidos, dada la preocupación que había ya por aquel entonces de que se cayera internet y con él todo el comercio electrónico asociado, que entonces aún era incipiente.
Esos hackers declararon que en 30 minutos eran capaces de derribar toda la red a través de vulnerabilidades en un protocolo base de internet que, por decirlo de manera sencilla, hace que la información fluya de la forma más eficiente posible.
Es como el GPS de internet, que cuando quieres llegar de un punto a otro de la red -por ejemplo, escribiendo el nombre de una web o haciendo clic en algo- decide cuál es la forma más rápida de hacerlo.
Fue precisamente una actualización de ese protocolo lo que, según la versión de Meta, hizo que el 4 de octubre de 2021 se cayeran todos los sistemas de la familia Facebook, desde WhatsApp a Instagram, y solo con eso ya cundió el pánico.
Esa es una de las posibles vías de caída de internet, pero no la única.
Hay muchísimas otras, ¿no?
Cierto. Un ataque contra Google o Amazon, por ejemplo, supondría cargarse la mitad de la red, con las consecuencias que eso tendría para las personas y las empresas que guardan su información en las nubes..
También están nuestros teléfonos, que son además un blanco muy fácil, aunque también duraría poco tiempo, porque las operadoras se darían cuenta y lo resolverían seguramente en un plazo inferior a esos dos días que tenemos de margen previo al desastre, probablemente en cuestión de horas.
O puede ocurrir que un fenómeno de la naturaleza, como una tormenta magnética, haga caer todo. Es algo extremadamente improbable, pero si ocurriera sería nefasto, la caída más catastrófica y más distópica, ya que afectaría no sólo a la red sino a dispositivos como los satélites y otras muchas tecnologías.
En "Error 404" hablas también del sistema DNS y cuentas que está protegido por 14 guardianes, algo que admito que desconocía. ¿Cómo es posible que una red global esté en manos de 14 personas?
Es una historia de película.
El sistema DNS es crucial, es el sistema de nombres de dominios. Lo que hace es traducir los nombres de cada web y asignarles una dirección IP, para permitir que todo lo que está online esté conectado. Sin esa especie de base de datos, aunque las cosas conectadas estén ahí, no podríamos acceder a ellas.
Es tan importante que la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN), un órgano de gobernanza de la red, decidió en 2010 crear una capa de seguridad digital que estuviera protegida por una serie de personas.
Debía de ser un grupo de tamaño razonable: ni muchas personas, para evitar la dispersión, ni demasiado pocas, para evitar que pudieran ponerse de acuerdo entre ellas para atacarlo.
Al final, decidieron que fuera 14, siete y siete, porque hay un sistema de protección en la costa este de Estados Unidos y otro en la costa oeste.
Los guardianes se juntan cada seis meses para ir actualizando el sistema DNS y renovar las claves digitales. Cada uno tiene una llave física asociada a las capas de protección digital y la tiene que llevar cuando se reúnen.
Todo esto lo sé porque pude entrevistar a uno de ellos.
Otra posibilidad que mencionas es que sean los propios gobiernos los que decidan apagar internet...
Exacto. Es un hecho, no es una posibilidad.
El mayor caso que cito en el libro es el de India, que apagó internet durante siete meses.
Y aunque el gobierno lo hizo adrede para ver qué pasaría y se preparó para ello, fue bastante caótico: afectó a todas las empresas, a los organismos públicos, a la red de comunicaciones, provocó restricciones en la libertad de movimientos, cierre de carreteras y de fábricas, accidentes industriales.
Fue un desastre y, obviamente, hubo pérdidas de miles de millones de euros.
Y hay otra cosa en la que seguí profundizando después de publicar el libro en español, que agregué en las traducciones posteriores, que me parece muy preocupante.
¿Y cuál es?
Los cables submarinos. Y esta vía es muy vulnerable.
He seguido investigando y documentándome después de escribir el libro, y así me enteré de que todo Yemen, un país con 30 millones de habitantes, se había quedado sin internet en 2020 a raíz de un fallo en un cable submarino provocado por el ancla de un barco (que algunas fuentes atribuyen a los hutíes, un grupo rebelde involucrado en el conflicto yemení).
Ese cable transportaba el 80% del tráfico en internet del país. El 20% restante va por otro cable.
Pero cuando todos esos millones de personas intentaron conectarse a través de ese segundo cable, este colapsó, con lo cual se quedaron todos sin internet.
Eso nos hace ver la vulnerabilidad de esas infraestructuras físicas. Porque además de un ataque intencionado, esos cables pueden cortarse por error, como de hecho ha sucedido en varias ocasiones.
Dices que hasta un niño podría llevar a cabo un ciberataque contra internet.
Así es. Y esa es otra de las cosas que quería subrayar con este libro: la facilidad, cada vez mayor, de llevar a cabo un ciberataque.
Igual que en los comienzos de internet era muy difícil para un usuario básico crear una web y ahora es facilísimo, antes hacer un ciberataque era muy complicado y ahora es muy sencillo. No se necesitan ni siquiera conocimientos avanzados en informática.
Y además cada vez es más barato, del mismo modo que antes los computadores costaban un riñón y no salían de los centros de investigación y ahora todos en nuestra casa tenemos tres, porque un celular o una tablet también son computadores.
Ya tenemos muchos casos de chicos que incluso sin pretenderlo, jugando, han llevado a cabo ciberataques.
Y dado que hay tantas formas de apagar internet y que ello tendría consecuencias funestas, ¿tienen los gobiernos y los Estados algún plan para evitar el caos que conllevaría una caída masiva de la red?
La respuesta corta es no. No hay ningún plan específico para internet.
Las teleoperadoras están obligadas a tener planes por si hay caídas, y se confía en que esas empresas estén haciendo su trabajo. Y Red Eléctrica (la empresa estatal española responsable de las redes de transmisión de energía) también cuenta con protocolos de actuación en caso de apagón.
Pero a nivel gubernamental no hay nada. Si hay una caída de internet habrá que ver por ejemplo cómo se organiza a la gente.
Ese es uno de los principales temores de Daniel Dennett, quien dice que no tenemos botes salvavidas.
En la actualidad no hay servicio o institución, pública o privada, que no esté conectada a Internet y, por lo tanto, cualquier falla dejaría a la humanidad en una posición extremadamente vulnerable.
Antiguamente, cuando pasaba algo grave, la gente se reunía en las iglesias y allí se organizaba. ¿Hoy a dónde vamos? ¿Al ayuntamiento? ¿A la biblioteca?
La sociedad cada vez está más fragmentada, más polarizada y más individualizada. Y el estar así, separados los unos de los otros, puede hacer que las consecuencias de un evento como la caída de internet sean aún peores.
Tu libro también repasa las grandes decepciones que ha supuesto internet, que ha hecho aumentar las desigualdades, la desinformación, el discurso del odio, la manipulación, el control. ¿Aún estamos a tiempo de reinventar internet y que sea una red de conocimiento, de solidaridad y de ayuda mutua como soñábamos en sus orígenes?
Más que de reinventarlo, estamos a tiempo de empezar a gobernarlo adecuadamente para que se convierta en eso que queríamos que fuera y, si no, para que al menos deje de ser el nido de polarización, de manipulación y de vigilancia en el que se ha convertido y dejen de violarse nuestros derechos de forma sistemática.
Al principio, con esa idea utópica, dejamos que internet se comercializara y se convirtiera en lo que es hoy por la ausencia de mecanismos de gobernanza.
Y ahora tenemos que solucionarlo poniendo esos mecanismos.
Una propuesta que me parece muy interesante es vincular el comercio digital, la posibilidad de vender y de hacer negocio online, al cumplimiento de las normas de privacidad y ciberseguridad.
El comercio debe estar supeditado a que se cumplan esas obligaciones. Ya tenemos de hecho muchas normas en ese sentido, lo que pasa es que no se cumplen. Y algunas no son lo suficientemente severas.
El comercio de datos personales, por ejemplo, es algo que directamente debería estar prohibido.
Shoshana Zuboff, autora de "El capitalismo de la vigilancia", dice que igual que en su día prohibimos el comercio de seres humanos y la esclavitud, porque denigraba a las personas y violaba sus derechos, por el mismo motivo habría que prohibir el comercio de datos personales.
Si no se hace, ¿cómo podríamos estar en cinco años?
Pues en una situación en la que los ciudadanos y especialmente las minorías cada vez estén más marginadas y cada vez sean más víctimas de sistemas basados en recopilación de datos que les discriminan por razón de género, de edad y de raza, para que por ejemplo no puedan acceder a determinadas ofertas de empleo, o no sean seleccionados para un empleo, o asciendan menos, o no tengan acceso a un crédito para comprar una vivienda.
Seguirán aumentando las desigualdades sociales, por una parte, y reforzándose los privilegios, por otra. Los ricos serán los únicos que podrán disfrutar de un derecho tan importante como la privacidad.
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