La neta, la neta, ser naco está bien chido. Aunque la RAE reduzca el significado de esta palabra a “indio (indígena)”, Santa Wikipedia es un poco más extensa en la definición:
“Actualmente es una palabra usada en México para referirse a personas que emplean vulgarismos en su léxico o que se comportan de una manera vulgar en general”.
Y es que los nacos tenemos nuestras propias maneras de decir las cosas. No auxiliamos a nuestros amigos: les hacemos el paro. No dormimos la siesta, nos chingamos una jetita. ¿Ponerse horny? ¿Eso qué? Nosotros andamos jariosos.
Hablando de andar como chinampina, te dejamos 15 maneras en que nosotros los nacos decimos que vamos a echar pasión. ¿Aplicas alguna? Eres de los nuestros.
Vamos a meterle el muñequito a la rosca
No necesitamos que sea 6 de enero para darte tu regalote. Esta metáfora además de festiva y culinaria, tiene un dejo de viejos tiempos que nos recuerda cuando éramos callados, tímidos e inocente teníamos la mirada.
Te voy a checar el aceite
Porque todos traemos un mecánico dentro (algunos más adentro que otros), esta expresión hace una referencia a los fluidos que se remueven durante el acto sexual. Recordemos que el nivel de aceite se mide con la “bayoneta”. Bienvenidos a sus clases de mecánica, chilangos.
Vamos a ponerle carnita al tamal
El tamal, además de formar parte de la dieta de todo chilango que se respete (aún más básica si es es chilango godínez) es también una manera de decirle al cabús. “Qué tamalote te cargas” es una hermosa frase de conquista que envidiarían los mismísimos Neruda y Shakespeare.
¿Tons qué, te gratino el mollete?
Seguimos metiéndonos hasta la cocina. El mollete, ese delicioso alimento consistente en un bolillo partido y con frijoles embarrados (provecho) sabe mejor si se le derrite quesito encima. Es de albur de kínder saber que todo nombre de lácteo puede ser usado como arma lingüística: lechita, requesón, el queso babas. ¡A cenar, traen cara de hambre!
Vamos a matar la rata a palos
Seguro ésta es la que aplica Lucerito cuando anda querendona. También conocida como “matar el oso a puñaladas”, es una manera de decir que vamos a someter a un animal peludo a una tortura infringida por un objeto contundente (el palo) o filoso (el puñal). Tranquilos camaradas de PETA, es la pura frase.
Echar pata
Aunque también se antoje, no estamos hablando de preparar unas deliciosas tostadas de pata. El término “echar pata” hace alusión a dos cosas: a echar las piernas al hombro y al famoso empierne. Una variante fonética es “echar patrulla”, que es como también se le dice popularmente a los pies. No tiene nada que ver con copular en el auto de un policía, no se dejen engañar.
Ponerle Jorge al niño
O Jaime. O Daniel. No importa, el chiste es ponerle. Esta expresión suele venir acompañada de un ademán de “pum pum”, que consiste en cerrar el puño con la cara hacia fuera y parar la trompita. Esta bella frase tiene un doble juego: además de “ponerle” que evidentemente hace alusión al coito, también es una invitación a bautizar el chiquito. Somos finísimos, lo sabemos.
Despeinar la cotorra
Ya que matamos al oso y a la rata, a la cotorra la vamos a tratar un poco mejor: nomás la vamos a despeinar. Esta frase hace referencia a revolver el vello que crece en las partes pudendas del cuerpo. ¿Cómo es que se revuelve esta abundante cabellera? Pues por medio de frotamiento. Echen a andar la imaginación.
Rellenar el pavo
Y volvemos a las frases con aires culinarios . Que levante la mano el que haya rellenado un pavo en Navidad o al menos haya visto cómo se hace. Al pobre animal se le toma por atrás y se le abre sin piedad, para luego llenarle el cuerpecito de diversos ingredientes, según la receta. Esto más que erótico suena doloroso.
Hundir el Titanic
¿Cuál era el principal atributo del Titanic, además del lujo? En efecto, que era grandote, robustote, imparable. Esta frase la usan los hombres que hacen alarde de sus dimensiones, aunque aguas, el refrán dice “dime de lo que presumes y te diré de qué careces”. Por otra parte, recordemos que el Titanic se hundió partido. ¡Ouch!
Azucarar el churro
Si de encontrar analogías entre la comida y objetos fálicos se trata, los nacos nos pintamos solos. Ya no volverás a comerte un churro igual cuando andes en Coyoacán o en El Moro, eso te lo garantizamos. El efecto se multiplica si al churro en cuestión le pones Lechera.
Rechinar el catre
Mientras los ricos le ponen en King size, los menos afortunados tenemos que improvisar y darle gusto al cuerpo en lugares menos glamorosos. El catre es uno de los consentidos, aunque también puede ser un bonito y elegante petate. Lo importante es darle rienda suelta al amor.
Ponerte En Pino Suárez
Esta expresión hace alusión al acto de doblar (empinar) a alguien para ponerlo de a chivito en precipicio. Y ya que andamos en Pino Suárez, puedes pasar por Lomas Ticas y Lomas Ajeas. ¡El gaaas! O ponerte en Balderas (recuerden el símbolo de esta estación) o en Cuatro… Caminos.
Darle su banana al chango
¿Ven cómo no todo es maltrato animal? El simio es el animalito que corre mejor suerte en todas estas frases. También hay una posición de “changuito pidiendo pan” por lo que podemos concluir que los micos resultan bastante consentidos. ¿Dónde está Greenpeace para premiarnos?
Mojar la brocha
No nada más los mecánicos tienen derecho al amor, los mil usos también tenemos nuestro corazoncito. Podemos mojar la brocha, echarte el colado, arreglarte el enchufe y hasta retocarte el aplanado. Somos expertos en esos trabajitos que el esposo no te sabe hacer.
Cortesía de los marranos