El duende parlante (Zaragoza)

Edificio dónde ocurrió el suceso del duende parlante, 1934

La noche del 27 de setiembre de 1934, mientras los residentes del edificio situado en la calle Anselmo Gascón de Gotor número 2 ya dormían, resonaron unas estridentes carcajadas en la escalera, entre los pisos primero y segundo. Aquella fue la primera vez que se manifestó el duende parlante.

El 15 de noviembre, la misteriosa entidad se dirigió a Pascuala Alcober, el ama de llaves que trabajaba para la familia Grijalba, residentes en el segundo piso. La joven, de 16 años, afirmó que la siniestra voz masculina le había hablado desde el interior de la chimenea de la cocina. Decía: «¡Ya estoy aquí!».

Las actividades del duende se intensificaron y varios de los inquilinos presentaron denuncias, por lo que intervinieron las autoridades. Se levantó el suelo de la cocina, se inspeccionaron los techos e incluso se derribó la «chimenea encantada».

No se encontró nada, pero un policía oyó al duende decir: «No se molesten, solo son 78 centímetros». Otro agente del orden le preguntó: «¿Qué quieres, hombre?», a lo que el ente respondió: «Nada. No soy hombre».

Medios extranjeros tan prestigiosos como el periódico The TimesThe Washington Post o la BBC se interesaron por el fenómeno. También acudieron al inmueble videntes famosos, así como la médium Asunción Jiménez Álvarez, que preparó una sesión de espiritismo para contactar con el duende parlante.

Durante la sesión, la espiritista entró en trance y de su boca surgió una voz varonil e ininteligible. En aquel instante sufrió un colapso y falleció.

En diciembre de 1934, la voz del ente desapareció. Su último mensaje fue: «¡Voy a matar a todos los habitantes de esta maldita casa!». El edificio fue derribado en los años 70 y actualmente existe un bloque de apartamentos en su lugar llamado «Edificio Duende».

Cortesía de Monita 


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