Chernóbil
Todos conocemos la historia de Chernóbil. El 26 de abril de 1986 a la 1:23 de la mañana, hora local, un aumento de la potencia en el cuarto reactor generó el sobrecalentamiento del núcleo lo que terminó por provocar una explosión de hidrógeno en su interior. En total, se liberó material radiactivo equivalente a unas 500 veces la bomba de Hiroshima y fue necesaria la evacuación inmediata de 116.000 personas. Una intervención posterior evitó más explosiones, que en el peor de los casos podrían haber vuelto a toda Europa inhabitable.
No cabe duda de que se trató de uno de los peores desastres de la Historia, con grandes implicaciones políticas (pérdida de confianza en el gobierno de la URSS, que eventualmente llevaría a la caída de la Unión), ambientales y sociales (el abandono de dos ciudades, la pérdida de una vasta región de fauna) y de opinión (la completa pérdida de credibilidad de la energía nuclear).
Lo interesante de esta historia es que según algunos relatos, podría no ser obra únicamente del error humano… sino de una criatura sobrenatural conocida como el “Ave Negra” de Chernóbil.
El “Ave Negra”
De acuerdo con los relatos de varias personas que trabajaban en la planta, habían sido testigos desde hacía varios meses de la aparición de una aterradora criatura semejante a un pájaro (criatura que, por cierto, presenta bastantes similitudes con el célebre Mothman de la tradición norteamericana). El hombre – pájaro, o mejor, el Ave Negra (como fue bautizada) tenía ciertos rasgos humanoides y unos ojos rojos como la sangre que sembraban el terror y generaban pesadillas a quienes los veían.
A medida que avanzaba el año las apariciones del Ave Negra de Chernóbil no hicieron más que aumentar. Algunas personas que avistaron a la criatura afirmaron haber recibido llamadas amenazantes cuyo contenido parece haber sido más bien parco (vinculado al peligro inminente que corrían), la mayoría relataba con terror el episodio y presentaba secuelas psicológicas.
Pero fue aquel 26 de abril cuando más testigos vieron a la criatura. De acuerdo con los relatos de varios hombres, una aterradora forma voladora, cuya negra envergadura se extendía por al menos unos 6 metros, comenzó a sobrevolar el área del accidente.
Sin embargo, el relato más aterrador sin duda alguna es el que nos dejó Andrei Kharsukhov, miembro de la Universidad de Buffalo, que en 1997 se acercó al sarcófago del reactor 4 en donde escuchó gritos de terror y auxilio. Sin embargo, se le informó que él era la primera persona en acercarse desde el accidente. Más tarde una luz se encendió en el lugar y luego volvió a apagarse: todos asumieron que se trataba de un fallo en el sistema.
El debate sobre su naturaleza
La información existente es fragmentaria y nadie sabe si el relato de Andrei está vinculado con los avistamientos previos. Sin embargo, en cualquier caso parece ser que esta criatura suele presentarse antes de los desastres y de alguna manera “advertir” sobre los problemas que vienen.
Algunos consideran que se trata del mismo Mothman, que otrora ya apareció para advertir del colapso del Solver Bridge. Otros, que fue él quien originó el accidente, quizás con el objetivo de alimentarse de la radiación allí emitida.
Y nadie encaja el relato de Andrei en esta historia, aunque no cabe duda de algo: si hay alguien encerrado en aquella zona, esa persona no es humana.
Cortesía de Monita