“Tú eres tu currículum, por lo que es mejor caminar con la espalda recta, mirar a las personas a los ojos y, si no estás seguro de ti mismo, fingir. Es la única manera de sobrevivir”.
Si tienes confianza en ti, puedes llegar muy lejos, la cuestión es estar seguro de que lo que tienes entre manos no se parecen a nada de lo que hay en el mundo exterior. Y sí, cuando la ocasión lo amerita, muestra una confianza ciega en lo que dices aunque tengas ciertas dudas. Si juegas bien tus cartas, nadie tiene por qué enterarse.
“Yo era un lector voraz y todavía lo soy. He leído todo tipo de cosas que no me interesan y ahí radica algo importante: con el fin de aprender algo, especialmente algo nuevo, tal vez sea en lo que no estés interesado”.
Siempre hay información valiosa a la que debes estar atento para descubrir alguna nueva idea. No deseches nada, porque en los sitios menos esperados siempre hay alguna oportunidad que estaba esperando por ti para ser descubierta. Ahí radica la habilidad de los emprendedores para ver lo que otros sin incapaces de descubrir.
“Yo fracaso todo el tiempo, pero eso no significa nada. En 1929 el mercado bursátil se caía a pedazos y la gente saltaba de los edificios a pesar de que gozaban de buena salud y de la capacidad para volver a generar dinero. Mi madre, que sobrevivió a los nazis, me enseñó que si uno está vivo, con eso ya ganó”.
Valora todo lo que tienes y haz de ello tu principal fortaleza. Si tienes un cerebro, dos manos y dos piernas, más un enorme corazón que cree en sí mismo, tienes todo para llegar tan lejos como quieras. Solo trabaja, planea y detecta las oportunidades. Tal vez fracases. Sí, es posible. Pero también hay momentos para triunfar.