Este inquietante robot-drone puede caminar, volar y hasta mantener el equilibrio en la cuerda floja


Robots bípedos capaces de caminar hemos visto muchos, con Atlas de Boston Dynamics entre los más impresionantes. También hay todo tipo de drones actualmente. Pero una combinación de robot y drone que camine y vuele no es algo tan común. Unos ingenieros de Caltech se han encargado de hacerlo real.

LEONARDO es el nombre que recibe este particular robot. El nombre, como suele ocurrir con este tipo de inventos, es una abreviación. Su nombre completo en realidad es LEgs ONboARD drOne (algo así como "piernas a bordo de un drone"). Y es que esencialmente estamos ante un drone con piernas.


De momento se trata de una prueba de concepto para ver si es viable esta idea. Ingenieros y empresa de todo el mundo están buscando las formas más efectivas para dotar de movilidad a los robots. En algunos casos son ruedas, en otros casos cuatro patas, en otros casos dos y en casos aún más particulares robots que saltan o este que vuela como un drone.

Dos capacidades locomotoras en un único robot

Para esta ocasión los ingenieros dicen que se inspiraron en la naturaleza, concretamente en los pájaros, para encontrar un método más viable de movilidad. Los pájaros tienen la peculiaridad de cambiar fácilmente entre volar y caminar. Esta intersección entre ambas actividades es la que han explorado los ingenieros, permitiendo al robot alzar el vuelo cuando se encuentra ante un terreno dificultoso o ayudarse de sus propulsores cuando hay dificultades.


Como consecuencia, LEONARDO es un robot capaz de traer lo mejor de ambos mundos. Tiene la estabilidad de un robot a pie y tiene la agilidad de un drone para desplazarse. Pesa apenas 2,58 kilogramos (a fin de cuentas tiene que volar también) y tiene una altura de 75 centímetros. En la parte superior dispone de cuatro hélices que le sirven para propulsarse como un drone. Por otro lado, dispone de dos patas muy finas que le permite mantenerse en pie y en equilibrio.

Como podemos ver en las imágenes del prototipo, es capaz de caminar sin dificultades y también evitar obstáculos como las escaleras simplemente alzando el vuelo. Pero es más interesante aún cuando lo vemos utilizar un skate pare patinar o cuando mantiene el equilibro en la cuerda floja gracias al uso de las hélices.

Hay mucho que mejorar aquí, desde luego, pero es un paso importante en una nueva rama para el desarrollo locomotor de los robots. Uno de los aspectos que tendrá que mejorar es en el de la autonomía que tiene el robot o por ejemplo las capacidades que tiene para escalar a mayor tamaño y peso. Aunque por ahora, con sólo esos pequeños vuelos de la nada, es bastante inquietante.

Cortesía de Monita 


Drones submarinos que imitan a la mantarraya: así es la propuesta de EEUU para misiones oceánicas autónomas y de largo alcance

1 Enero 2022

Drones por tierra, aire… y mar. DARPA, la agencia de investigación avanzada ligada al Departamento de Defensa de EEUU, está desarrollando un robot autónomo y con capacidad de carga que emula la forma de las mantarrayas y es capaz de desarrollar “misiones de larga duración y alcance” en los océanos. El programa, bautizado Manta Ray, arrancó en 2020 y busca demostrar el potencial de los vehículos submarinos no tripulados (UUV). Superadas las primeras pruebas, DARPA acaba de adjudicar a Northrop Grumman y Martin Defense Group contratos para la segunda fase.

“El programa Manta Ray busca desarrollar UUV que operen por períodos prolongados sin la necesidad de mantenimiento o apoyo logístico humano in situ”, detallan desde DARPA. En una primera etapa, los expertos de la agencia diseñaron y probaron “enfoques novedosos” en áreas como la gestión de energía, la fiabilidad, el control de bioincrustraciones y corrosión —clave en el océano—, la navegación y la superación de obstáculos submarinos”. El objetivo: preparar el dron para misiones de larga duración, sin asistencia y en entornos que exigirán una resistencia notable.

Objetivo: demostrar el potencial de los UUV

A modo de anticipo, DARPA ha elaborado y colgado en su cuenta oficial de YouTube un vídeo de apenas un minuto en el que que muestra el UUV en acción, durante una misión submarina en la que transporta cargas útiles para tareas especializadas. En la grabación se aprecia, por ejemplo, cómo el dron despliega y recoge un sensor que parece transmitir señales al propio UUV.

Entre los objetivos que se ha fijado DARPA para el programa destaca el desarrollo de técnicas de captación y gestión de energía en los océanos, a profundidades relevantes, o el diseño de sistemas de propulsión submarina. Sus responsables aspiran también a “nuevos enfoques” para la gestión de misiones prolongadas en el océano, el manejo de datos y “mitigar la contaminación biológica, la corrosión y la degradación de otros materiales para misiones de larga duración”.


“El programa busca demostrar tecnologías críticas para una nueva clase de UUV de larga duración y alcance y con capacidad de carga útil. Si tiene éxito, esta nueva clase de UUV le dará al mando una amplificación de capacidad sin interrumpir las operaciones actuales al permanecer independiente de los buques y puertos tripulados una vez desplegados”, anota DARPA: “Dichos sistemas podrían permitir a los buques anfitriones tradicionales una mayor flexibilidad operativa al tiempo que proporcionan a los puertos de servicio tradicionales un alivio de la carga de trabajo”.

El de DARPA podría no ser el único UUV con forma de mantarraya. Como recuerda The EurAsian Times, en septiembre los medios chinos informaron de pruebas en aguas del Gigante Asiático, en las islas Xisha —de la mano de la Universidad Politécnica del Noroeste—, con un robot biomimético con forma de Mobula birostris. El dispositivo biónico, de 470 kilogramos, puede batir las aletas y se deslizaba bajo el agua. [Según la agencia de noticias oficial Xinhua](Mobula birostris), el robot ya se ha utilizado para estudiar el entorno oceánico y realizar investigaciones científicas en arrecifes de coral.

Cortesía de Monita 

Las monedas de oro

Entre los cuentos de terror para niños es conocido el de Xóchitl y las monedas de oro. Una fresca noche de octubre, Xóchitl bajó por las escaleras de la casa de sus padres en Córdoba, Veracruz. Como en la casona también vivía varios sirvientes, la niña no se sorprendió cuando escuchó unos ruidos al subir de nuevo a su habitación. Sin embargo, le llamó poderosamente la atención sentir un corto correteo, como unos pasitos infantiles al final del corredor de su cuarto. Curiosa, se dirigió al final del pasillo a ver qué sucedía.



Escondida tras una de las largas cortinas de los ventanales observó a un niño con vestiduras relucientes abriendo un agujero en la pared. El chiquillo tenía un aspecto fantasmagórico, pero eso no asustó a Xóchitl, quien no le quitaba el ojo de encima, pues estaba maravillada con lo que hacía el pequeño. A medida que el infantil espectro continuaba abriendo el orificio en la pared, introducía en ella un sinfín de monedas de oro que salían de entre sus manos. El fantasma se esfumó, dejando aquel tesoro en el agujero, que se había cerrado mágicamente.

Al salir de detrás de la cortina, Xóchitl se dio cuenta de que estaba acompañada. Ana, una de las sirvientas, había sido también testigo de aquel suceso del más allá. 

–“Niña Xóchitl, le prometo guardar el secreto de lo que hemos visto esta noche. Pero también le propongo que, como cómplices, mañana busquemos ese tesoro que está tras la pared”, le dijo la criada.

–“Sí, Ana. No le contaremos a nadie nuestro secreto. Tomaremos esas monedas y serán solo nuestras”, respondió la niña.

A la noche siguiente, cuando todos dormían en la casona, Xóchitl y Ana se encontraron en el oscuro pasillo a la luz de una lánguida vela. Al iluminar el agujero, este se abrió mágicamente.

Por su pequeña talla, Xóchitl pudo meterse en el hueco, de manera que podría recoger fácilmente las monedas de oro que el niño había dejado allí la noche anterior. Mientras tanto, Ana sostenía la vela e iba almacenando las monedas en su mandil. Al ser tan cuantioso el tesoro, Ana y Xóchitl repitieron el procedimiento varias noches consecutivas.

Como ya era habitual, se encontraron en el pasillo por la noche. El candil apenas emanaba luz, mientras que Xóchitl sacaba y sacaba monedas. Ana empezó a sentir escalofríos, aterrada porque la vela estaba a punto de consumirse.

–¡Niña Xóchitl, salga, salga del agujero! ¡Ya tenemos suficiente por hoy!

Al levantarse para salir, Xóchitl se percató de que se le había caído la última de las monedas, por lo que se inclinó de nuevo para buscarla dentro del agujero, cegada por su codicia y sin escuchar los desesperados ruegos de Ana para que saliera. La vela se extinguió por completo y, en medio de la oscuridad, el agujero de la pared se cerró para siempre.

Desde entonces, y solo por las noches, se escuchan al otro lado de la pared los sollozos ahogados de una niña mientras parece juguetear con una moneda en un bucle infinito.

Cortesía de Monita 


Las Auroras


DÓNDE VER LAS ESPECTACULARES AURORAS BOREALES DE CANADÁ

Northern Lights Aurora Borealis Churchill, Manitoba



DÓNDE VER LAS ESPECTACULARES AURORAS BOREALES DE CANADÁ

Northern Lights Aurora Borealis Churchill, Manitoba
Travel Manitoba
Travel Manitoba

La aurora boreal tiene todas las características de una protagonista de novela literaria: es elusiva, hermosa y se hace del rogar. Este fenómeno natural, también conocido como “luces del norte”, es tan alucinante y etéreo que atrae visitantes de todo el mundo para poder observarlo.

 

Esta es una guía de los mejores lugares para contemplar la aurora boreal en Canadá, cómo y cuándo presenciar sus espectáculos, y consejos para aprovechar la experiencia al máximo, ya sea desde una mullida cápsula-mirador en una aldea de tipis de los Territorios . 

El guardavías (Charles Dickens)

The signal-man (1866) está considerado como uno de los mejores cuentos victorianos de fantasmas, además de un claro ejemplo de relato de horror psicológico. Dos acontecimientos reales inspiraron a Charles Dickens: el choque de varios trenes en el túnel de Clayton (Reino Unido) en 1861 y el descarrilamiento de un tren en Staplehurst, en 1865, en el que viajaba el escritor británico.

Portada de ‘El guardavías’, Charles Dickens (Ed. Anaya)
Resumen:

Los protagonistas de esta historia de terror son el mismo narrador y el guardavías, un hombre que debe pasar toda la noche en una caseta a pocos metros de la boca de un túnel. La primera vez que el narrador ve al guardavías lo llama desde arriba de la hondonada: «¡Eh, oiga! ¡Ahí abajo!», palabras que inquietan visiblemente al hombre.

El narrador vuelve a visitarlo a la noche siguiente y, más confiado, el guardavías le confiesa el motivo de su desasosiego: un espectro se aparece en las vías del tren, cerca de la boca del túnel. Solo él puede verlo y oírlo cuando grita: «¡Eh, oiga! ¡Ahí abajo! ¡Cuidado!». No logra contemplar su rostro, pues lo oculta con el brazo izquierdo mientras agita el derecho.

Tras la aparición del espectro siempre ocurre alguna desgracia. Después de la primera ocasión se produjo un accidente ferroviario y murieron varias personas, mientras que, tras la segunda, murió una joven pasajera.

Lo que más aterroriza al guardavías es que ha visto al fantasma por tercera vez y no sabe qué nuevo horror se avecina. Se despiden y el narrador, escéptico, se aleja pensando en que aquel hombre necesitaría ayuda médica.

Al día siguiente, mientras está paseando, el narrador ve a varias personas cerca del túnel. Le informan de que una locomotora ha arrollado al guardavías, a pesar de que el maquinista le avisó agitando el brazo derecho y gritándole: «¡Eh, oiga! ¡Ahí abajo! ¡Cuidado!».

Cortesía de Monita 


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